Hoy es el día mundial del teatro.
Muchas veces en la moda, los desfiles son auténticas obras de
teatro. Pero hace tiempo existió un auténtico teatro de la moda, el Théâtre de la Mode. Y hoy queremos aprovechar
para contaros un poquito en qué consistía este
“Teatro de la moda”.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la moda prácticamente estaba
en crisis. La clientela o bien había
desaparecido, o no podía permitirse los elevados precios de los
diseñadores. Y existía una dificultad
enorme para poder encontrar tejidos. Todas estas situaciones habían provocado
el cierre de muchas tiendas de ropa.
A
la Chambre Syndicale de la
Couture Parisienne, con la ayuda deL’Entraide Francaise, se le ocurrió organizar un evento especial
que ayudara a resugir el sector, y situar a
París como capital de la moda. Se invitó a diseñadores muy importantes
en aquel momento, a peluqueros, zapateros, joyeros y se les pidió que vistieran
a doscientos maniquíes de setenta centímetros de alto, creados por Eliane
Bonabel. Estos serían colocados en los trece escenarios creados por otros
artistas y capitaneados por el ilustrador y escenógrafo Christian Bérard. Todos
los participantes se unieron para crear algo único, un recuerdo de tiempos
mejores, y una mirada al futuro. Desde el conjunto deportivo hasta el
vestido de baile, cada modelo se realiza con su ropa interior y sus
complementos. Minúsculos ojales cosidos a mano, microscópicos, abotonan cada
botón. Los sombreros tienen la medida de una moneda. Diminutos zapatos de piel
lucen la marca de los grandes zapateros a medida. Pieles, bordados, plumas o
joyas acompañan las cabelleras de seda onduladas.
El estreno tuvo lugar un día como mañana, 28 de
marzo de 1945, en el Museo Louve de parís. El éxito fue arrollador, más de
100.000 personas acudieron a la exposición, la cual recorrió multitud de ciudades europeas. Y en
1946 se trasladó hasta Nueva York para la que se crearon nuevos maniquíes que
presentaran la moda de 1946. Tras esta exposición las muñecas se guardaron y se
almacenaron en el museo, donde permanecieron hasta 1952, año en el que
partieron hasta el Museo de Maryhill. En 1980 volvieron a París para ser
restauradas y expuestas de nuevo. Hoy en
día, los maniquís se encuentran en el Museo de Arte de Maryhill, donde se
pueden visitar.
Estas imágenes son de David Seidner que fue el
encargado de fotografiara las muñecas, restauradas para la ocasión, cuando el
Museo de las Artes Decorativas de París organizó una retrospectiva de la
exposición en 1990.
Esperamos que os guste. Y como me
gusta tanto rescatar frases célebres, cierro con una frase de Albert Einstein:
“En los
momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”.
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